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Una ciudad Intimidante y un Dios Omnipotente

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Este domingo, el pastor Miguel Núñez predicó el sermón “Una ciudad Intimidante y un Dios Omnipotente” basado en Hechos 18:1-17.

El texto inicia con Pablo iniciando su próxima parada misionera en la ciudad de Corinto, la cual terminó siendo un reto para el. En Atenas, Pablo experimentó un choque cultural pero en Corintos, experimentó un choque moral ya que la ciudad era conocida por su gran inmoralidad. Sin embargo, Dios hizo que el evangelio triunfara en medio de la peor decadencia moral posible.

Corinto era una ciudad intimidante al punto tal que el mismo apóstol Pablo llegó a decir a los corintios en su primera carta,“Y estuve entre vosotros con debilidad, y con temor y mucho temblor.” (1 Corintios 2:3) Quizás la experiencia de Atenas lo había dejado un tanto débil y decepcionado; esto pudo haber contribuido a esta experiencia de debilidad y de temor. Pero es mas probable aún que el ambiente y la sociedad corintia fueron las causas principales por las cuales Pablo se sintió así.

Corinto era conocida por su actividad comercial, sus juegos atléticos del istmo y por su gran inmoralidad. Otra de las atracciones de la ciudad de Corinto era el templo dedicado a la diosa Afrodita, la diosa del amor quien tenía unas mil prostitutas. Este templo estaba localizado en el acrópolis de Corinto, el “acrocorinto” y la gente venía de todas partes a gozarse en este templo donde día a día habían rituales involucrando a estas prostitutas. Tan inmoral era la ciudad que aun en el mundo pagano se llegó a conocer el término “Corintianizar” para referirse a alguien que se comportara inmoralmente, como un corintio. El templo era considerado una de las maravillas del mundo antiguo. La ciudad también contaba con muchos otros altares y templos dedicados a dioses paganos y el culto al dios Poseidón también era muy popular.  Entonces, Corintio era una ciudad comercial, cosmopolita, inmoral, pagana y orgullosa… en pocas palabras, una ciudad capaz de intimidar a cualquiera. Todas estas características de la ciudad influyeron negativamente en la iglesia de corinto; esa es la razón por la que Dios ha llamado a su iglesia a separarse del mundo, porque de lo contrario el mundo le da forma a la iglesia en vez de la iglesia darle forma al mundo. 

Ya vimos la ciudad intimidante; ahora necesitamos ver al Dios omnipotente. Pablo llega a Corinto desde Atenas y providencialmente se encuentra con una pareja de esposos de nombre Aquila y Priscila. Esta pareja estaba recién llegada de Italia debido a que Claudio César había deportado a los judíos de Roma (Hechos 18:2). Pablo hacía tiendas para ganar su sustento porque no quería cargar a las iglesias con su manutención y porque no quería que el recibir apoyo de parte de alguna iglesia fuera ser piedra de tropiezo para que algunos hablaran mal del evangelio (Hechos 18:3). En 1 Tesalonisenses 2:9, Pablo escribió, “Porque recordáis, hermanos, nuestros trabajos y fatigas, cómo, trabajando de día y de noche para no ser carga a ninguno de vosotros, os proclamamos el evangelio de Dios.

Nota la orquestación de los eventos: Primero Claudio César expulsa a los judíos de Roma y entre esos hay una pareja de nombre Aquila y Priscila. Luego, esta pareja llega a Corinto justo antes de que Pablo llegara, dandole tiempo a adquirir su propia casa. La pareja se dedicaba al mismo negocio que Pablo, fabricar tiendas o trabajar con pieles. Dios sabía que Pablo necesitaba apoyo en Corinto y lo proveyó.

Además, Dios también trajo a Timoteo y Silas desde Macedonia y se unieron a Pablo también. Pablo estuvo solo en Atenas, pero en Corinto, necesitó de compañía. La soledad no es buena y mucho menos en momentos de necesidad emocional. Dios puede ser tu compañía pero Él también suple tu soledad enviando personas a tu vida que Él conoce que te pueden ministrar.

Ahora, Pablo estaba en Corinto acompañado de Aquilas, Priscila, Timoteo y Silas. Por lo que leemos en 2 Corintios 11:9 y Filipenses 4:14-15, parece ser que Timoteo y Silas trajeron ayuda económica de parte de las iglesias de Macedonia, lo cual permitió que Pablo se dedicara completamente a la predicación (Hechos 18:5). Pablo trataba de persuadir a los judíos, pero ellos se resistían; no se dejaban persuadir (Hechos 18:4) y en Hechos 18:5, podemos ver que tan dura fue su resistencia. Los judíos le habían hecho la vida imposible a Pablo en otras ciudades y ahora en Corinto, los judíos se le opusieron y blasfemaron. Ante esa constante oposición, Pablo reaccionó de esta manera: …él sacudió sus ropas y les dijo: Vuestra sangre sea sobre vuestras cabezas; yo soy limpio; desde ahora me iré a los gentiles. (Hechos 18:6)

Sacudir sus ropas no era simplemente una señal de desprecio, sino una señal de juicio y una forma de decir: la responsabilidad queda sobre vosotros y mi conciencia queda limpia. Esta fue una forma de Pablo simbolizar el juicio que su rechazo continuo estaba trayendo sobre ellos. De todos modos, Dios comenzó a bendecir su ministerio en Corinto, en contra de toda oposición (Hechos 18:7-8). Los judíos se opusieron, pero la omnipotencia de Dios no puede ser detenida. La persona encargada de la sinagoga, Crispo, creyó en el Señor con toda su casa (Hechos 18:8). Probablemente a través de esta conversión, otras personas vinieron a la fe, tal y como dice el resto del versículo, “y muchos de los corintios, al oír, creían y eran bautizados.”

Sin embargo, las energías emocionales de Pablo probablemente se venían gastando como fruto de las muchas vicisitudes (Hechos 18:9-10). El Señor comienza calmando los temores que quizás habían aflorado en Pablo y de ahí la frase: “No temas.” El temor es algo propio de la naturaleza humana; cada vez que Dios nos dice no temas, lo dice conociendo que Él es un Dios todopoderoso cuyos propósitos no pueden ser impedidos, alterados, ni derrotados.

La palabra afirma la omnipotencia de Dios de múltiples maneras en pasajes como Salmos 135:6 y Jeremías 49:19. Debido a todo esto es que Pablo dice que Dios es capaz de hacer mucho mas allá de lo que podemos pensar o imaginar. La existencia de un Dios como ese tiene implicaciones para la vida práctica, ya que la Palabra dice que si Dios está por nosotros, ¿quien contra nosotros? “Omnipotente” significa que Su poder es ilimitado y que por tanto no puede ser inhibido por nada. La palabra que Dios habló y formó el universo es la misma palabra que cuando es proclamada, convierte el alma. “No la calles, Pablo; sigue hablando.”

Dios estaba repitiendo lo mismo que dijo a los discípulos cuando les dio la gran comisión: “he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” El poder, fidelidad, soberanía y compañía de Dios hace que El añada las siguientes palabras a la conversación que el estaba teniendo con Pablo durante la visión: “y nadie te atacará para hacerte daño.” Pablo tuvo que enfrentar falsas acusaciones de falsos maestros en Corinto y aún de parte de creyentes; pero nadie le hizo daño. En año y medio que pasó allí nunca recibió los 39 latigazos que si recibió en otra ocasión. Nunca fue a la cárcel; nunca fue apedreado; nunca fue golpeado con varas como ocurrió en otras ciudades. Dios cumplió Su promesa a Su siervo.   

Cuando Cristo dijo que toda autoridad le ha sido dada en el cielo y en la tierra, el está hablando sobre una autoridad universal que está por encima de todo lo creado. Su autoridad está por encima de toda autoridad humana. Cuando Cristo habla, el resto del universo calla’ pero si Él te manda a hablar como a Pablo, no puedes callar. 

Luego el Señor continúa hablando con Pablo: yo estoy contigo, y nadie te atacará para hacerte daño, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. Hasta ahora, Pablo pasaba una semana aquí y unas semanas allí; pero dadas las garantías de Dios, el texto de hoy nos dice en el versículo 11, “Y [Pablo] se quedó allí un año y seis meses, enseñando la palabra de Dios entre ellos.” Tú puedes ver la mano de Dios sobre la vida de Pablo al final del texto. La omnipotencia de Dios asegura que El cumplirá Su palabra. Un Dios omnisciente puede predecir el futuro, pero solo un Dios omnipotente puede cumplir lo que El predice. Como Dios hace todo cuanto El desea, eso implica que el creyente puede estar seguro que todo cuanto Dios le ha prometido será cumplido porque no hay un solo deseo que Dios tenga que El no pueda hacer realidad.

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