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Una aflicción leve y pasajera

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Dentro de la serie de prédicas del pastor Miguel Núñez, bajo el título Poder En La Debilidad, basada en la segunda carta del apóstol Pablo a los Corintios, el mensaje de hoy es sobre los versículos del 16 al 18 del capítulo 4, el cual ha sido titulado: Una Aflicción Leve Y Pasajera.

En estos versículos el apóstol nos muestra que las perspectivas de la gloria eterna impiden que los creyentes desfallezcan bajo las aflicciones.

La gracia de la fe es un remedio eficaz contra el desaliento en tiempos de prueba.  La perspectiva de la vida y la dicha eternas eran la fortaleza y consuelo del apóstol Pablo. Lo que el sentido humano estaba dispuesto a considerar pesado, largo, doloroso y tedioso, la fe lo percibe leve y corto, momentáneo.  Para Pablo, el peso de todas sus aflicciones temporales era leve en sí, mientras la gloria venidera era una sustancia de peso y duración más allá de toda descripción.  La fe capacita para efectuar el  juicio correcto de las cosas, ya que hay cosas invisibles y cosas que se ven, y entre ellas hay una gran diferencia: las cosas invisibles son eternas, y las cosas visibles son temporales o solo pasajeras.

En este mensaje de hoy el apóstol Pablo presenta tres paradojas, que se observan claramente:

 1.- El deterioro del cuerpo mortal del creyente va experimentando un deterioro, va muriendo, pero nuestro hombre interior, nuestro espíritu, va renovándose cada día. 

Pablo ve que su cuerpo físico ha ido envejeciendo y desgastándose, sin embargo su hombre interior se ha ido fortaleciendo, ha ido creciendo, se va renovando de día a día. No debemos permitir que las experiencias que vivimos drenen nuestro hombre interior, al contrario, cada experiencia debe servirnos para crecer y fortalecer nuestro hombre interior.

2.- Las aflicciones son leves y pasajeras, y producen algo pesado  con secuencias eternas, producen una gloria que durará para siempre, y que es de mucho mayor peso que las aflicciones.

Lo que realmente tiene valor en este mundo, está relacionado con nuestra otra vida. Las aflicciones son experiencias preparativas para la vida eterna. Necesitamos tener la perspectiva de Pablo, a fin de formar la imagen de Cristo en nosotros. La perspectiva correcta de los hechos,  en nosotros produce algo pesado de gloria eterna.  Pablo llama a sus experiencias pesadas leves debido a su perspectiva de la vida y la esperanza de vida eterna.

3.- Las cosas que vemos son pasajeras, por lo que Dios nos llama a ver las cosas invisibles porque permanecen para siempre.

El apóstol Pablo exhorta a  los Corintios a ver más allá de las cosas terrenales, físicas,  que pusieran su vista y su  perspectiva  en la vida eterna.  Las cosas que no se ven, las espirituales, son tan reales como las cosas que se ven.

Pablo sabía que sus aflicciones y dolores eran leves  y  pasajeras, comparadas con el dolor y sufrimiento de las personas que mueren sin conocer a Dios, sin haber oído el evangelio de Cristo.

Muchas veces no nos dolemos por la muerte de personas sabiendo que no van a la gloria de Dios, que pasan a una eternidad de dolor y sufrimientos, porque tenemos la visión equivocada de lo que significa el amor y misericordia de Dios.

Si el apóstol pudo llamar leves y momentáneas a sus pruebas pesadas, largas y continuas, las nuestras deben ser triviales.

Entonces, no miremos las cosas que se ven, dejemos de buscar las ventajas mundanales o de temer los trastornos presentes. Pongamos diligencia en hacer segura nuestra futura felicidad.

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