Inicio ¿Qué dice la Biblia sobre...? Rol de la mujer en el ámbito laboral

Rol de la mujer en el ámbito laboral

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Con relación al rol de la mujer en el día de hoy, ha habido mucha confusión que ha llevado a dos extremos diferentes. Por un lado hay un grupo de mujeres que se han ido completamente al mundo laboral y han olvidado por completo lo que es su rol dentro del hogar y la formación de la familia, lo cual no corresponde con el diseño de Dios. Por otro lado, ha habido otro grupo que ha entendido que bajo ninguna circunstancia las mujeres deben trabajar.

Creemos que a la luz de la Palabra no hay duda de que la prioridad número uno de una esposa y madre es la de contribuir a la formación de los hijos. Por tanto, en la etapa de los primeros años del niño, creemos que esa madre no debiera trabajar, para garantizar que sea ella, y no una persona extraña, quién comience a inculcar los verdaderos valores de la vida a su hijo desde temprano. Cuando este niño comienza a ir al colegio, creemos que es posible que la madre trabaje a medio tiempo en las horas en que él está ausente de la casa; pero recomendamos que esa madre esté de regreso para cuando sus hijos regresen a la casa.

En la medida en que esos hijos comienzan a alcanzar una edad que les permite ir a la universidad, y comienzan a hacerse más independientes, pues sí es posible que esta madre tenga todavía más flexibilidad. Pero no debiera involucrarse tanto en el ámbito laboral que no le permita estar en el hogar cuando estos hijos están. Debemos recordar que ellos necesitan ser supervisados en términos de los programas de televisión que ven, su acceso a la computadora, las relaciones que tienen, llamadas de teléfonos, tiempo de estudio, etc.

¿Qué de los estudios a nivel universitario?
En cuanto a la necesidad o no de ir a la universidad para formarse como profesional, creemos firmemente que aun en aquellas jóvenes que piensan que en un futuro no trabajarían, es sumamente importante el que puedan adquirir una educación universitaria, por varias razones. En primer lugar, aunque la mayoría de las personas van a la universidad para obtener una carrera profesional que le garantice un salario, en nuestra opinión, a la universidad vamos no solamente para estos fines, sino para obtener una educación que nos ayude a desarrollarnos intelectualmente; nos ayude a pensar, nos enseñe a estudiar, nos instruya para expresarnos mejor y nos vuelva más objetivos.

El conocimiento alcanzado en la universidad nos ayuda a obtener otros conocimientos, porque está claramente demostrado que el conocimiento se construye como se construye una casa: bloque sobre bloque. Con esto queremos decir que su habilidad para entender una lección de una clase cristiana, un libro cristiano, o la exposición de una clase bíblica depende en gran manera, de la sabiduría que Dios da de forma natural, más el grado de educación que hayamos obtenido en el mundo secular. La educación universitaria desarrolla mi lenguaje, mi habilidad para comprender, mi habilidad para organizarme y para exponer, cuando sea necesario.

Por otro lado, las mujeres jóvenes no tienen garantizado que vayan a casarse, en cuyo caso dependerían de su profesión. Otras, habiéndose casado, pudieran no tener hijos y estar en la libertad de trabajar. Otro grupo sería mujeres que se casaron, tuvieron hijos y sus esposos se divorciaron, por lo que ahora necesitan desafortunadamente trabajar para mantener a esos hijos. Como podemos ver, vivimos en un mundo muy complejo, con múltiples características que generaciones anteriores no vivieron, y cosas que hoy necesitamos hacer quizás no fueron necesarias en el pasado.

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