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¿Qué hacer cuando el gobierno se opone a Dios directamente?

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En el momento de discernir que debemos hacer al enfrentarnos a un gobierno abiertamente opuesto a Dios, debemos actuar con sabiduría. Por un lado, la Palabra de Dios nos dice en Hechos 5, a partir del versículo 29, que debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. De tal forma que tenemos que dejar claro que la autoridad de Dios está por encima de la autoridad de los hombres, en este caso, por encima de la autoridad de los gobiernos. Si el gobierno te obliga a participar de una actividad que es contraria a la disposición de Dios, el cristiano debe resistir esa práctica y pagar las consecuencias.

La Biblia nos brinda un ejemplo de esto en el caso del profeta Daniel y de sus tres amigos (Daniel 3). Cuando se les había ordenado que adoraran y se postraran delante de una estatua de oro, ellos se negaron, aun cuando la amenaza era que serían echados a un horno de fuego. Ellos prefirieron ser lanzados al horno con la confianza de que Dios los libraría y, ciertamente, así ocurrió: Dios milagrosamente los libró de tal castigo.

Ahora, oponerse al gobierno no siempre resulta en liberación del castigo gubernamental:

  • En el libro de los Hechos, Esteban fue apedreado por las autoridades judías del momento por proclamar el Evangelio de Cristo (Hechos 7:54-60).
  • Jacobo, quien fue el primer mártir de los apóstoles, también fue decapitado (Hechos 12:2) mientras que Pedro, quien fue compañero de Jacobo, fue liberado de la cárcel por un ángel del Señor (Hechos 12:7-11).

 

Dios soberanamente determina como actuar en cada caso individual.

 

Al mismo tiempo, nosotros tenemos que ser sabios, sabiendo cuando resistir y cuando no. Si uno vive bajo un régimen donde existe opresión y un impedimento de que se predique la Palabra públicamente, quizás tenemos que obedecer a ese gobierno. Esto se ha visto ocurrir en lugares como la China y, en su momento, Cuba, justamente porque la Palabra también nos manda a someternos a nuestras autoridades.

Lo que ha ocurrido en esos lugares bajo opresión es que la iglesia se convierte subterránea, en una iglesia oculta donde se sigue predicando la Palabra. Esto pasa precisamente dado de que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres y, por tanto, hay que seguir predicando el Evangelio. La Palabra nos da lineamiento hacia como esto se hace correctamente; nos dice que debemos ser ambos sabios como la serpiente e inocentes como las palomas. Hay un cierto nivel de inocencia, ingenuidad, y confianza con la que debemos vivir. Pero, por otro lado, también debemos ser sabios y sagaces. Nuestro deber es encontrar un balance entre esas dos características al enfrentarnos ante gobiernos que se oponen a Dios de forma abierta

Al final del camino, debemos obedecer a nuestro Dios por encima de lo dictámenes de los hombres. Es por eso que la predicación de la Palabra nunca se ha detenido independientemente de las prohibiciones que la iglesia ha enfrenado a lo largo de los años. Lo que ha cambiado es la forma como esa predicación se ha llevado a cabo.

 

 

Tomado del podcast “No Es Tan Simple Como Parece”, episodio “¿Qué hacer cuando el gobierno se opone a Dios directamente?

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