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Las nuevas formas de hacer iglesia

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En un primer artículo sobre el tema de la Iglesia, estuvimos hablando sobre el concepto de una iglesia bíblica, y cuáles características debían estar presentes para cumplir con este criterio. En este artículo nos proponemos enfocar las nuevas formas de hacer iglesias que, en algunos casos, nunca antes habían estado presente en la población, para luego ver hasta dónde estos nuevos modelos pueden o no conformarse al estándar bíblico.

Un modelo quizás bien conocido, porque tiene unos años siendo usado, es el que ha sido llamado la iglesia celular. En este tipo de iglesias existe una localidad central, donde ocurre la reunión de domingo. El resto de la semana las ovejas se reúnen en pequeños grupos, llamados células, a todo lo largo de la ciudad. Fuera del domingo no hay contacto pastoral durante la semana, sino simplemente con el líder de grupo. Todas esas células se reúnen entonces bajo un pastor o pastores, a escuchar la predicación del domingo.

Este modelo tiene sus fortalezas y debilidades. La fortaleza tiene que ver con la posibilidad de poder ministrar a lo largo de toda la semana, a una extensión de la población sumamente amplia, y poder reunirse luego el día domingo bajo un mismo techo para recibir un mismo mensaje. La debilidad que pudieran tener este tipo de iglesias celulares es que, en algunos casos, líderes muy fuertes de esas pequeñas células pudieran terminar individualizándose, de tal forma que pudieran funcionar de manera independiente de la iglesia principal. Esto no sería incorrecto si la mira desde el principio estaba en plantar una nueva iglesia a partir de esa célula. Pero lo que ha ocurrido con frecuencia es que estos grupos celulares permanecen en el tiempo dentro de la iglesia, pero como grupos críticos e independientes de aquello que ocurre en la centralidad del movimiento, lo que pudiera hacerle mucho daño al cuerpo de Cristo. Creo que uno de los problemas mayores que hemos observado en estos movimientos celulares es la frecuencia con la que personas no preparadas han sido colocadas al frente de células que luego fueron mal instruidas por estos líderes. Esto ha ocurrido debido a la presión creciente de abrir células nuevas, con la intención de alcanzar a más personas. Pero no hacemos nada con alcanzar un mayor número de seguidores si la doctrina enseñada representa una desviación del estándar de la verdad.

Por otro lado, vemos que hoy en día no es infrecuente encontrar iglesias de hogares; grupos de personas que se reúnen en un hogar y que deciden llamarse iglesias. Eso ha sido criticado por parte de algunos, pero la realidad es que ese modelo estaba ya presente en la iglesia primitiva. Lo que tenemos que cuidar es que, si se va a llevar a cabo este modelo, se puedan observar las características que mencionamos en el artículo anterior (la predicación de las Escrituras, la centralidad de Cristo, un alto concepto de la santidad de Dios, la koinonía entre hermanos, la adoración y la celebración de la Santa Cena), además de ser dirigidas por alguien que haya sido llamado por el Señor para ejercer la función de pastor.

Otra forma controversial de hacer iglesia hoy en día son las iglesias que han sido llamadas iglesias de pantallas planas. Con esto nos referimos a iglesias que han desarrollado su ministerio en múltiples campus, donde en uno de esos campus está el pastor principal, y su mensaje es transmitido a las demás localidades vía satélite, alcanzando así poblaciones mucho más numerosas, y en diferentes lugares. Lo que ha sido criticado de esta iglesia es la ausencia del contacto del pastor con sus ovejas. Una iglesia es más que un sermón y más que una simple reunión. No hay duda de que si el pastor y las ovejas no están en contacto, pues no hay iglesia, porque, ¿cuál sería la definición de esa iglesia? Por otro lado, sabemos que en algunos de estos lugares sí existen pastores locales, que cuidan de las ovejas, pero el predicador sólo está presente en uno de los campus de la iglesia.

Personalmente creo que este modelo, de ser usado de esa forma, debe ser muy transitorio, con la visión de desarrollar en poco tiempo un pastor predicador en cada una de esas localidades. Se me hace difícil conceptualizar que el pastor que está predicando no guarde ningún contacto cercano con las ovejas que escuchan, cuando el cuidado de las ovejas implica mucho que una simple prédica o enseñanza. No olvidemos que Dios nos llamó a ser pastores y no conferencistas. Cuando estos modelos son perpetuados en el tiempo, yo creo que hay algo del modelo bíblico que está faltando. Pero a la vez, pienso que, de manera transitoria, pudiera servir de una forma muy estratégica para poder sembrar iglesias en múltiples localidades, de una forma relativamente rápida. En otras palabras, yo no creo que ese modelo es bíblico cuando es continuado por largo tiempo. Muchas veces esa figura principal es exaltada de tal manera que en 5, 10, 15 o 20 campus diferentes, no parece encontrarse un predicador que pueda asumir la responsabilidad del púlpito de forma consistente, donde esas iglesias han sido plantadas.

Como vemos, en la multiforme gracia de Dios, Él pudiera tener diferentes formas para sus iglesias. Probablemente estos tres modelos que acabo de mencionar no son los únicos, si no que son los más debatidos en los últimos tiempos. Pero no hay duda de que una iglesia necesita ciertos criterios mínimos para poder llenar los requisitos de lo que es una iglesia a la luz de las enseñanzas del Nuevo Testamento.

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