Inicio Sermones Poder en la Debilidad El poder de Dios en vasos de barro – Pastor Miguel Núñez

El poder de Dios en vasos de barro – Pastor Miguel Núñez

2988
0

El pastor Miguel Núñez continúa su serie El Poder En La Debilidad.  Dentro de esta serie, hoy el mensaje está basado en el capítulo 4 de la segunda carta del apóstol Pablo  a la iglesia de Corintos,  versículos del 7 al 15, cuyo título es El Poder De Dios En Vasos De Barro.

En estos versículos Pablo nos dice que humanamente hablando resulta una paradoja el que Dios escogiera a Pablo, uno de los principales perseguidores de la iglesia en sus inicios, como el principal portador de Su Palabra, de Su Evangelio, y aún así permitió que pasara dificultades extraordinarias de peligro de su vida y maltrato físico, igual que todos los apóstoles, porque  Dios lo hizo, según explicaciones del propio Pablo en el versículo 6, para ser glorificado, y que nadie se jacte delante de Dios, porque el poder reside sólo en Dios, no en él.  

Este mensaje extraordinario, el evangelio, ha sido puesto en manos de vasos débiles, de barro, que somos nosotros, para ser expuesto. No utilizó grandes oradores, utilizó gente sencilla, pescadores de profesión, para que fueran pescadores de almas.

Pablo compara su debilidad con el poder de Dios al decir que ha sido afligido, pero no aplastado,

Pablo fue afligido por las frecuentes persecuciones, por las dificultades económicas de las iglesias que lo hacían tomar ofrendas para ellas, el rechazo que sufrió en las propias iglesias que ayudó a fundar. Se sintió afligido, pero no aplastado, porque Dios lo soportaba.

Muchas veces se sintió perplejo, pero no desesperado.  Muchas veces nosotros sentimos esa inseguridad, pero es por incredulidad, no creemos que Dios nos ayudará, la falta de fe es un pecado que nos persigue. Pablo nunca se sintió abandonado por Dios.

Ha sido derribado pero no destruido.  Ha sido perseguido pero nunca abandonado por Dios.  Ha sido derribado, pero no destruido. Pablo compara la debilidad humana con el poder de Dios que levanta al caído. Porque está claro que su poder proviene de Dios, no de nosotros mismos.

Compara la muerte con la vida. Lleva la muerte de Jesús a través de sus sufrimientos al expandir el evangelio.   Una vida cristiana cómoda es inconsistente con el mensaje de Dios, con la vida de Cristo.  Cristo sufrió por cada uno de nosotros, por lo tanto no podemos acomodarnos a una vida tranquila, debemos ser cristianos radicales. En la causa de Cristo no hay nada mediocre, todo es radical.

Dice Pablo que constantemente está siendo entregado a muerte.  Es incongruente que sirviéndole a Cristo sufra persecuciones de muerte.  Pero dice que la vida de Jesús obra en su cuerpo mortal, vive en el poder de la resurrección que a su vez el poder del Espíritu Santo. Ahora ese poder de Dios obra en cada uno de  nosotros, porque en nosotros mora el Espíritu Santo.

Aunque Pablo está expuesto al peligro de la muerte, cuando predica el evangelio pone a los oyentes en la posición de pasar de muerte a vida. El resultado de que viva en peligro de muerte por predicar la Palabra de Dios, es que sus oyentes tuvieron vida eterna.

Teniendo el espíritu de fe es que el apóstol expresaba todos sus conocimientos acerca del poder de Dios y el Evangelio. La incredulidad y falta de fe es lo que mantiene al cristiano en silencio, sin hablar de Cristo en sus círculos. Sin fe no se puede vivir ni expresar el cristianismo.

Y todas estas cosas que Pablo vive, es por amor a los hermanos. Su motivación a mantener esta vida de peligros, persecuciones, dificultades económicas, es por amor a Cristo y porque éste se lo ordenó,  y por amor a los hermanos.  El quería ver el resultado de ver la gloria y gracia de Dios en continua expansión, y que el resultado de la expansión de la gracia de Dios se exprese en salvación para muchos y más gloria para Dios.

Si no estás dispuesto a vivir como Pablo, no has valorado la causa de la redención, viviendo una vida orientada a ti mismo.  En cambio, sin estas dispuesto a vivir como Pablo, en constante peligro por predicar Su Evangelio, nunca te darás por vencido y no desmayarás, porque Dios será tu sustentador.

Señor, ayúdanos a vivir en el poder de Cristo, y aumentar nuestra fe para no desmayar en la labor de anunciar Tu Palabra.  Bendiciones.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.